Hay juegos que son más populares que otros. Eso es un hecho claro que todos podemos comprender, al igual que pasa con cualquier otro medio de entretenimiento (Películas, libros, cantantes...) y es algo que forma parte de esta industria.
En muchos casos, la popularidad viene asociada con un adecuado nivel de calidad, la capacidad de alcanzar a un público mucho más grande, que han tenido la suerte de llegar en el momento justo... O que han tenido el suficiente apoyo de una campaña de publicidad para hacerse conocer, algo que sólo se pueden permitir las compañías más fuertes y sólo con ciertos juegos.
Los juegos populares (o grandes) venden muchas unidades, muchísimas, incluso un mal resultado (Lightning Returns: Final Fantasy XIII, por poner un ejemplo) logra unos niveles de ventas que ni sueña el juego pequeño (El Atelier más vendido no ha llegado ni a 450.000 unidades, Lightning Returns roza las 1.200.000 unidades vendidas), así que se entiende que las tiendas le den preferencia a esos juegos por encima de los que no son tan populares...
Pero una cosa es preferencia y, otra, que directamente se tome a los compradores de los juegos pequeños por imbéciles.