Que Dragon Quest X estuvo mal enfocado desde el principio resulta algo evidente. Con un anuncio demasiado anticipado "made in Sqiare Enix" en 2008, asegurando la exclusividad para la consola de sobremesa más vendida de la generación (Wii), algo clásico en la serie, el título acabó siendo anunciado en 2011 como un MMORPG de cuotas mensuales para Wii, ya con un crecimiento estancado y Wii U, que como todos sabemos no está teniendo ni una cuarta parte del impacto de su predecesora.
Así las cosas, a pesar de lograr hacer un MMORPG que pareciera un Dragon Quest, el título solo lleva vendidas 660,000 unidades en Wii y unas 70,000 en WiiU, lo cual lo deja a un nivel similar al de Final Fantasy XI en PS2, pero con una población mucho menos estable, rondando los 400,000 usuarios. Está claro que son números aceptables para mantener el juego en pie, pero la imposibilidad de occidentalización (Nintendo suele ser la encargada de distribuir los Dragon Quest en occidente y no acepta esto de cuotas mensuales) y el cierto desencanto de buena parte de los fans hacen de esta entrega la menos popular de la serie. Eso sí, capaz de acabar siendo la más rentable en unos cuantos años gracias al último movimiento de Square Enix: Abrir el título al mercado PC.